Manifiesto de los huertos comunitarios alemanes
La palabra «utopía» aludía, en su origen, a algo que no tenía lugar, que no podía existir. Cuando, a finales del año 2018, comenzamos a reunirnos para discutir acerca de cómo queríamos que fuese la gestión de los huertos de Pla i Armengol, mucha gente nos tildó de «utópicos» porque planteamos que deseábamos que los huertos fueran totalmente comunitarios y asamblearios. Se nos objetó entonces que eso era irrealizable, que no nos pondríamos de acuerdo en nada, que nos pasaríamos el día discutiendo. Detrás está la idea, tan extendida en el sistema capitalista, de que las personas somos individualistas y que solo miramos por nuestros intereses. Con los huertos de Pla i Armengol nosotras estamos demostrando que no siempre es así.
Pero no es el único ejemplo de que la cooperación resulta no solo posible, sino que además es necesaria y beneficiosa.
En Alemania, una red de huertos comunitarios ha redactado un manifiesto en el que expresa ideas muy parecidas a las que hemos incluido en el proyecto. Podéis consultarlo en su página: https://urbangardeningmanifest.de/ Copiamos, a continuación, una traducción de dicho manifiesto:
La ciudad es nuestro huerto
Durante los últimos años nuevas formas de huertos comunitarios han evolucionado en numerosas ciudades. Estos jardines urbanos son espacios experimentales en la búsqueda de una buena vida urbana.
Nosotras, las agricultoras y agricultores urbanos, transformamos solares en lugares de reunión, cosechamos nuestras propias semillas, criamos abejas en las azoteas de edificios, experimentamos con diversos tipos de compostaje y aprendemos a conservar los frutos cosechados. Abogamos por una ciudad en la que valga la pena vivir y por una urbanidad orientada al futuro. Día a día comprobamos lo importante que es para una sociedad urbana, democrática y plural, el hecho de tener un espacio publico sin limitación de acceso y sin la obligación de consumir.
Los huertos comunitarios urbanos son:
- Bienes comunes, que contrarrestan la creciente privatización y comercialización del espacio público.
- Lugares de diversidad cultural, social e intergeneracional, así como de colaboración vecinal.
- Espacios donde experimentar la naturaleza, la biodiversidad, la soberanía alimentaria y la conservación de semillas.
- Sitios que invitan a participar: que se diseñan, sustentan y cuidan conjuntamente, creando así un entorno donde una sociedad cooperativa pueda prosperar.
- Espacios experimentales en los que nos dedicamos a inventar, formar, reutilizar, reparar,
- Alternativas ecológicas al sellado del suelo y a solares en desuso.
- Una manera de cerrar la brecha entre la vida urbana y la agricultura rural. Los huertos comunitarios ayudan a concienciarnos sobre la importancia de una alimentación de calidad y de un tipo de horticultura que respete tanto las limitaciones de la naturaleza y su valor inherente como la justicia global y unas condiciones de producción justas.
- Lugares de educación ambiental, donde aprender, intercambiar y compartir de manera colectiva.
- Lugares de tranquilidad y tiempo compartido.
- Una contribución para mejorar el clima, la calidad de vida y la justicia ambiental.
- Una alternativa posible a la soledad, al anonimato y la violencia.
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